Rogativa de Catí a Sant Pere de Castellfort

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Cada primer sábado y domingo de mayo, los vecinos de Catí y cientos de acompañantes y caminantes recorren el camino circular que les lleva a Sant Pedro de Castellfort, conocido como Rogativa de Catí a Sant Pere de Castellfort.

La peregrinación de Catí es una de las más arraigadas en el interior de Castellón. Desde el siglo XIV hay testimonios escritos de este recorrido penitencial que lleva a los “catinencs» hasta el ermitorio. El sábado, en el recorrido de subida, los romeros atraviesan l’Avellà, La Llècua, el casco histórico de Ares del Maestrat y llegan hasta su destino por los términos de Catí, Morella, Ares y Castellfort.

En la Rogativa de Catí a Sant Pere de Castellfort se mantiene la tradición procesional de acompañar la cruz y las banderas. Los cantores entonan el ‘O Vere Deus’ que remonta a otros tiempos. Uno de los momentos más emotivos es la llegada a Sant Pere, donde se espera a los peregrinos con las calderas de cobre que contienen habas y arroz.

La peregrinación de la Rogativa de Catí a Sant Pere de Castellfort tiene numerosos elementos singulares. Las capas negras o marrones que cubren los peregrinos y la «barretina» forman parte de la vestimenta tradicional. Lo mismo sucede con la gastronomía. Además, no falta el queso fresco de Catí, el agua del Avellà, el requesón, la miel, el aguardiente, el moscatel … Se trata, en todos los casos, de alimentos anteriores al descubrimiento de América y destaca la ausencia de carne.

CATÍ

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La Capilla de la Comunión



Interior de la iglesia parroquial, en el casco histórico de Catí, la Capilla de la Comunión presenta unas impresionantes pinturas al fresco y una bella decoración de mediados del siglo XVIII de Pascual Mespletera.