Vilar de Canes es un pueblo alargado con cinco calles que confieren su espina dorsal. En la calle Baix hay un bar, Les Eres, donde podrás refrescarte en verano y comer todo el año. Enfrente está el consultorio médico y muy cerca, la escuela de niños y niñas.
Vilar de Canes alberga una serie de edificios históricos que son testimonio de su rico pasado. La Iglesia Parroquial, aunque sufrió daños durante la Guerra Civil, sigue siendo un punto de referencia importante y un símbolo de la fe y laresistencia del pueblo. Otro edificio emblemático es el Molino de Aceite, ubicado en la calle de la Sagristia. Este molino, que también funciona como Centro de Interpretación del Aceite, muestra la importancia delaceite en la economía local a lo largo de los siglos. La maquinaria, incluida la prensa hidráulica y la almazara de piedra, ofrece una visión fascinante de las técnicas tradicionales de producción de aceite.El Ayuntamiento de Vilar de Canes, reconstruido tras los bombardeos de la Guerra Civil, es otro punto clave en la vida del pueblo. Junto con el Olmo, estos lugares son testigos silenciosos de la historia y la evolución de la comunidad.Tradicionalmente, los olmos en las plazas de los pueblos servían como lugares de reunión y simbolizaban la vida comunitaria.
En la parte más baja de la plaza de Vilar de Canes hay una casa con un simpático grabado: «Tomás Miralles lo mandó hacer en 1897», que corona el travesaño de la puerta. Al lado encontrarás una casa de 1915 con elementos modernistas. Fíjate en estas peculiaridades cuando dés un paseo tranquilo por las calles del pueblo. Seguro que puedes descubrir algún otro detalle.